Ashtanga Yoga para sanar el trauma

El fuego que transforma los saṁskāras y sana los traumas

Filosofía del yoga y el poder de los saṁskāras

En la filosofía del yoga, un saṁskāra (संस्कार) es una impresión profunda grabada en la mente a raíz de experiencias pasadas: emociones, pensamientos y acciones que dejan huellas en el subconsciente. Estas huellas no desaparecen, sino que se acumulan, condicionando nuestros hábitos y reacciones.

Los vāsanās son las tendencias latentes que brotan de esos saṁskāras, impulsándonos a repetir patrones de conducta de forma inconsciente. Si los saṁskāras son huellas, los vāsanās son las semillas que germinan a partir de ellas.

La práctica de Ashtanga Yoga en Málaga —especialmente en el método tradicional Mysore— funciona como un verdadero laboratorio interior. La repetición diaria de la secuencia, unida a la respiración rítmica y a la mirada dirigida (dṛṣṭi), nos enfrenta con resistencias, miedos y memorias corporales. Lo que comienza como un esfuerzo físico termina siendo una alquimia psicológica: el calor interno (tapas) actúa como un fuego que, con el tiempo, disuelve los saṁskāras, del mismo modo que el oro se purifica en la llama.

Saṁskāras y trauma emocional: ¿son lo mismo?

No exactamente, aunque están profundamente relacionados.

En psicología moderna, un trauma emocional se entiende como una experiencia tan intensa que desborda la capacidad de integración del sistema nervioso, dejando huellas persistentes en el cuerpo y la mente.

Los saṁskāras, en cambio, son impresiones de todo tipo de experiencias —agradables, neutras o dolorosas— que se almacenan en el citta (la mente subconsciente). Los vāsanās son la manifestación de esas impresiones: tendencias que colorean la percepción y moldean la conducta.

Podría decirse que un trauma es un saṁskāra especialmente intenso y negativo, capaz de generar vāsanās que nos llevan a repetir patrones de sufrimiento.

Ashtanga Yoga como vía de sanación

La práctica de clases de Ashtanga Yoga en Málaga aporta beneficios físicos, emocionales y psicológicos, que contribuyen a procesos de sanación profunda. Entre ellos destacan:

• Regulación del sistema nervioso: la respiración fortalece el nervio vago y activa el sistema parasimpático, reduciendo ansiedad e hipervigilancia.

• Conexión cuerpo-mente: el vínculo entre movimiento (āsana) y respiración (prāṇāyāma) aumenta la conciencia corporal y libera tensiones acumuladas.

• Resiliencia emocional: mantener posturas exigentes desarrolla la tolerancia al malestar, útil para afrontar retos en la vida cotidiana.

• Liberación de memorias corporales: emociones reprimidas almacenadas en el cuerpo emergen y se liberan mediante la práctica consciente.

• Estructura y seguridad: la secuencia fija de Ashtanga ofrece un marco estable y predecible, especialmente valioso para quienes buscan recuperar confianza tras experiencias traumáticas.

Una mirada filosófica

El Yoga Sūtra 2.10 afirma:

“Te pratiprasava-heyāḥ sūkṣmāḥ”Los kleśas sutiles son eliminados mediante su regreso a la fuente.

Esto significa que las aflicciones profundas —incluidos los traumas inconscientes— no se eliminan luchando contra ellas, sino regresando a su raíz para disolverlas. En la práctica de Ashtanga Yoga Mysore en Málaga, esta reabsorción ocurre de manera progresiva: respiración a respiración, postura a postura, resistencia tras resistencia.

Conclusión

El Ashtanga Yoga en la Costa del Sol no es solo un entrenamiento físico, sino un proceso de purificación que transforma las huellas del pasado en claridad presente. Allí donde la psicología habla de trauma, el yoga habla de saṁskāras; y allí donde el trauma inmoviliza, la práctica genera movimiento y libertad.

El fuego del yoga no destruye: transmuta. Convierte las huellas de dolor en caminos de consciencia.

Tal como enseñaba T. Krishnamacharya, "El yoga consiste en sustituir patrones viejos por hábitos más saludables y liberadores."

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